Este año la escuela Andolina cumple 10 años. Se trata de una escuela, muy próxima al centro de Gijón, perteneciente a  la aldea de Cefontes, que nace como cooperativa de familias, y que hoy alberga a unos 74 niños y niñas de infantil y primaria. En el video que publicamos en este post conversamos con Luis y Ali, maestros de la Escuela, donde nos cuentan el recorrido del proyecto, su aproximación a la autonomía y su modo de entender los límites y la autoridad.

Chantal y yo pudimos pasar casi dos semanas de observación, formando parte de su día a día tanto en infantil como en primaria, viendo el desarrollo del día, la asamblea, estuvimos en la fiesta donde se prepara la sidra dulce y… ¡hasta pudimos dar un pequeño taller de límites para las familias de la escuela! 
¡Super agradecidos por recibirnos!

Es muy interesante el recorrido biográfico de la escuela. Como parte de un grupo de 5 o 6 familias con unas ciertas inquietudes, que consiguen reunir al equipo docente, el lugar, las familias interesadas en formar parte del proyecto y la homologación incluso antes de echar a rodar. Bravas madres. 

Es muy interesante también las dificultades del camino, y como han podido solventarlas para seguir adelante. Todo un reto y un logro fantástico. Al ser una cooperativa se plantean muchas dificutlades de organización, toma de decisiones y acuerdos entre todas las partes. Los padres y madres son usuarios, pero también gestores, a la vez que contratadores y también responsables del funcionamiento general. Todo, a excepción de la labor pedagógica y la limpieza, es realizado por las familias pertenecientes a la cooperativa: administración, difusión, mantenimiento, contabilidad, y el sin número de funciones complejas que lleva consigo mantener una escuela en orden. Además de que esta coordinación funcione bien supone un reto añadido, y es que la linea pedagógica esté clara y que no haya el intento de modificarlo en función de lo que cada uno cree que debe hacerse. 

Parece que en un momento, según nos explican Ali y Luis, tuviveron que ordenar todo esto. Les ayudó Tatiana Sibilia, quien les dotó de una organización socriocrática que les ha permitido clarificar funciones y roles, ordenando donde se ubica cada uno; establecer las metas y articular las estructuras de comuniciación necesarias para desarrollar el proyecto. En definitiva es una experiencia y un logro que tiene muchísimo valor. 

También es muy interesante, ya desde un plano pedagógico, ver ese punto medio al que han llegado en la aproximación al autoaprendizaje. Nos dicen de manera muy clara que dejando que fuese exclusivamente el interés el que dictaminase el itinerario de los niños había niños que estaban muy bien, pero había otros que no. Había unos que por su situación o temperamento necesitaban más acompañmiento y un marco más concreto de aprendizaje. Algunos se iban quedando atrás bajo un modelo de estas características. 

Creemos que es una reflexión interesante, y que tiene implicaciones también sobre nuestra propia comprensión de lo que puede aportar el adulto y desde donde. Es decir, acercarse a una dimensión donde el adulto que está con niños no tiene nada que decir, es un poco encarnar el hombre sin atributos de Mussil. El adulto está vaciado, no tiene nada que aportar, no ya en la información que puede transmitir, sino en una dimensión de ser, de integridad, de madurez, de esa autoritas que postulábamos unas semanas atrás. Esto es extraño como algo que sucede en nuestra época. ¿Si el adulto no es transmisor de información no es nada? o de otra manera: ¿Qué es si no es transmisor de información en su situación de maestro de escuela? Quizás podríamos intuir que es precisamente lo que representa más allá de su rol de transmisor de una información particular su valor más relevante.

También es el adulto quien puede determinar las necesidades internas a nivel de desarrollo madurativo -también de desarrollo madurativo en el ámbito académico- en los distintos momentos y edades del niño o de la niña. La cuestión es ¿esto está reñido con que el interés y la motivación sean el motor de los procesos de crecimiento? ¿Cómo nos conformamos en esta relación?

Por último reflexionamos en la entrevista sobre al autoridad. Ali y Luis son muy claros aquí: hay cosas que son debatidas con los niños y niñas, pero es responsabilidad del adulto establecer un clima de respeto, un ambiente seguro, donde los límites cuiden el ambiente de aprendizaje y a todos los que lo conforman. Los límites son así lo que determina desde una mirada particular la forma de un ambiente de crecimiento concreto. Aquí tampoco puede haber un relativismo exagerado: las etapas de desarrollo son las que son, por lo que la dimensión antropológica, su profundización y comprensión, siguen constituyendo el suelo desde el que erigir esas formas.

Parecemos intuir un principio constituyente en ese impulso de libertad que porta el ser humano. Aquí se abre paso toda una ontología, pero quizás podemos aventurarnos a considerar una posibilidad, quizás podemos asomarnos a una puntita de la cuestión que insinúa que toda constitución de una forma efectiva exige una fuerza de oposición. Para que un árbol pueda crecer en nuestras condiciones de existencia material, es necesario que exista una gravedad, unas fuerzas que vencer. Hay un impulso en una dirección, un impulso de crecer, un impulso de vida, y una fuerza que recoge, integra, que conforma; el resultado es la relación que se traduce en formas de relación efectivas constituidas.

La relación entre autoridad y libertad tiene como factor catalizador en la cristalización de una forma particular, desde mi punto de vista, la conciencia del individuo y el nivel de conciencia de la comunidad que lo conforma. Esta relación puede generar unas condiciones de vida saludables, o el horror que verbalizaba el teniente Kurz. Los caminos y las encrucijadas que conforman unos y otros se entreveran dando lugar a los distintos escenarios que han amanecido a lo largo de la historia. La educación es un factor clave de esta construcción. La discusión entonces es también, qué sabemos de cada etapa de desarrollo, de manera profunda, y como se integra esa comprensión dentro de nuestra comprensión de lo que representa la vida en su conjunto. Por aquí va la cosa.

 

Baobab